Impulsado por DKV y la Junta de Andalucía, desde 2012, año en el que una gran parte de la biblioteca saliera de Tombuctú, la fundación lleva una intensa labor de protección, restauración y digitalización de los manuscritos.
Durante siglos, hemos tenido que dejar Granada y Toledo, hemos pasado por el Maghreb, el Oriente Árabe y Hebreo, antes de instalarnos en África.
"Faltará gracia a la vida si no se siente y vive en todo momento la palabra gracias.
El dramaturgo Francisco Nieva de Valdepeñas opina que esta palabra es la más bella del castellano. "
En nombre de todos los míos doy las gracias a todos los que nos han recibido, a los que nos han cerrado sus puertas porque sin ellos no seguiríamos nuestro camino, nuestra historia no sería la que es hoy en día.
Nos han abierto las puertas de España y ayudado a realizar nuestro sueño, volver a al-Andalus, a Sefarad hoy España, a todas las ciudades, de Granada a Toledo, que hemos tenido que abandonar para formar en la lejana África, una diáspora dolida y nostálgica.
Gracias a la fundación, los manuscritos se han salvado y se ha iniciado la difusión pública del Fondo y sus contenidos. Además, se ha hecho posible que Ismael Diadié haya tenido el tiempo y la paz para consolidar una carrera literaria muy sobresaliente. Con los avatares de los años previos a su huida de Tombuctú no tuvo el tiempo ni la tranquilidad que desde 2012 ha tenido y con ello su trabajo nos ha regalado una amplia y variada producción literaria.
En la primavera de 2012, sabíamos muy poco de Ismael y el Fondo Kati. Apenas alguna información recibida de Alexandra Irigoyen, galerista y gestora cultural.
"En ocasiones es la intuición, el corazón, el que nos lleva a tomar decisiones en lugar del razonamiento, el cerebro. En mi caso, la colaboración con Fondo Kati y con Ismael Diadié es un ejemplo de cómo la intuición nos puede encaminar por la senda adecuada".
Josep Santacreu.
Los ecos de una cultura lejana, una ciudad, su gente: Tombuctú y una historia que remontándose por los siglos se conectaba con nuestra Toledo medieval, se precipitaron en nuestras vidas tras una llamada de desesperación de Alexandra: el Fondo Kati, su amigo Ismael y la familia Kati estaban en grave peligro tras la toma de Tombuctú por parte de los yihadistas. Estaba en peligro su tradición, su identidad, su amor por la cultura.
Desde ese momento, con el soporte de DKV, hemos apoyado la presentación y la protección del Fondo Kati y nos sentimos orgullosos de ello.
El Fondo Kati, la historia de la familia de Ismael Diadié, es un canto a la tolerancia, a la diversidad y a la pasión por el conocimiento y la belleza de la palabra.
Sus fondos, procedentes de culturas diversas, son una muestra de la ciencia, las creencias y el conocimiento alcanzados por diferentes sociedades y épocas, y al darlos a conocer propiciamos una mirada amplia sobre el pasado común.
"Si una biblioteca es siempre una inagotable fuente de información y estímulo intelectual, la que constituye el llamado Fondo Kati nos invita además a reflexionar sobre la importancia y la riqueza que supone la interculturalidad."
Apreciar las singularidades de cada pueblo y reconocer en la diversidad no solo una riqueza histórica sino también un valor contemporáneo, es una muy buena forma de favorecer la convivencia y la generación de sociedades más inclusivas.
Todo ello cobra un valor especial al tener lugar en Andalucía, una tierra que por razones históricas y por los estrechos lazos que mantenemos con Europa, África, América y los países del Mediterráneo, ha jugado siempre un papel importante como lugar de unión y encuentro entre culturas.